domingo, 1 de marzo de 2009

Revista de prensa (con bastante retraso)


El Estado reclamará judicialmente los fondos documentales de General Yagüe ( más de 20.000 legajos documentos) que actualmente están en manos de los hijos del general franquista. Un caso más de documentación pública en manos privadas.

Con polémica incluida, el Ministerio de Defensa, digitalizará los expedientes judiciales sumarísimos valencianos: los del fondo judicial del Tribunal Militar Territorial nº 1 conservados en los edificios que fueron de la Capitanía General y del Gobierno Militar de Valencia y en las Subdelegaciones de Defensa de Castellón y Alicante, que corrián inminente riesgo de pérdida. Una copia irá al Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca.

La Fundación Alberti traduce los documentos en ruso del escritor. El fondo formaba parte de varios archivos sobre escritores españoles localizados en Rusia y recuperados por el Ministerio de Cultura.


Entrevista a la historiadora Mirta Núnez Díaz-Balart: "El franquismo fue un régimen de naturaleza fascista"

El Ministerio de Cultura digitaliza el fondo relacionado con la participación de la Cruz Roja en la GCE y que se conservaba el Comité Internacional de la Cruz Roja, en Ginebra (Suiza).

El escritor mexicano Juan Villoro relata en siete entregas la odisea de las 3.000 fotografías inéditas de la GCE de Robert Capa, Gerda Taro y David Seynour perdidas en 1940 en Francia y encontradas en México en 2008 (1, 2, 3, 4, 5, 6 y 7).

jueves, 9 de octubre de 2008

La Ley de Acceso a la Información

Está en todos los periódicos: Abc, El Mundo, El País, La Vanguardia, Público, &c. El presidente Rodríguez Zapatero ha prometido la aprobación de una nueva ley que garantice el mayor acceso posible a la información pública en España. Aunque la mayoría de los medios se centran en la relevancia de esta noticia para la ampliación de las posibilidades de acceso a la información para la prensa, el hecho es que los investigadores españoles esperan como agua de mayo una normativa moderna y clara que asegure su derecho de acceso a los archivos y registros públicos.

En otro post indicaba que España es el único país de la Unión Europea que aún carece de una Ley estatal de Archivos. Sí que existen leyes autonómicas pero no una norma que regule de manera general y única el funcionamiento de la red de archivos que dependen de la Administración Central del Estado (Ministerios, archivos nacionales, judiciales, militares).

Una Ley de acceso a la Información, ayudaría a remover muchas de las actuales trabas que aún existen en nuestro pais y que en demasiados casos, aún provienen de archiveros cancerberos. Dicha medida ha sido reivindicada por varias plataformas, entre ellas la Coalición Pro Acceso, que reivindican la aprobación de una norma similar a la que ya está vigente en casi todos los países que conforman la Unión Europea, siguiendo el modelo marcado por la Freedom of Information Act de los EEUU aprobada allá por 1966.

lunes, 29 de septiembre de 2008

El acceso a los archivos, cada vez más abierto

El periódico El País publica hoy una noticia referente a la diversa normativa que el Ministerio de Justicia planea aprobar en las próximas semanas como desarrollo y para cumplimiento de la Ley de la Memoria Histórica. Entre ellas se encuentra una normativa que aprobará "el libre acceso de historiadores e investigadores a documentación sobre la dictadura franquista que hasta ahora estaba consideraba como secreta".

Aunque la exactitud de este tipo de informaciones siempre hay que tomarla con cautela, parece que esta medida se sumaría a la ya anunciada hace un mes por el Ministerio de Defensa para la desclasificación masiva de documentación relacionada con la Guerra Civil y la postguerra que aún resulta inaccesible a los investigadores al no haberse previsto en la Ley de Secretos Oficiales, de 1968, un mecanismo de desclasificación.

Estas fueron las declaraciones de la ministra de Defensa, Carme Chacón el 9 de agosto de 2008:

"Desarrollaremos el proyecto de desclasificación de documentos del Ministerio de Defensa que permitirá el acceso libre a una documentación que, hasta el día de hoy, era inaccesible y que encierra un alto valor científico y también, por supuesto, sentimental para muchas personas.Aunque muchos de estos documentos están en instalaciones de Defensa, no somos los únicos competentes para decidir qué se desclasifica y qué no. Estamos trabajando con el Ministerio de Presidencia para buscar una solución que sabemos que será compleja y no excesivamente rápida. Pero está claro que queremos abrir una nueva etapa y que vea la luz esa desclasificación por su interés científico, histórico y hasta emocional".

Habrá que seguir atentos, pero desde luego este parece el buen camino para eliminar poco a poco las dificultades al acceso a la información en España.

lunes, 15 de septiembre de 2008

De libros recientes

Camisas azules frente a sotanas negras: Alfonso Lazo publica un estudio sobre las conflictivas relaciones entre la Falange y la derecha tradicional en Sevilla.

Mala literatura y literatura fascista: Jesús Aller comenta la reciente reedición de Madrid, de corte a cheka de Agustín de Foxá.

A golpe de sable: Gabriel Cardona biografía a los militares que marcaron la política española desde 1808 hasta la GCE. "Franco fue un carrerista con una única ambición, el poder", afirma.

El peso de la guerra: Andrés de Blas Guerrero comenta la nueva edición del ensayo clásico de Paloma Aguilar Fernández, Memoria y olvido de la Guerra Civil española. Políticas de la memoria y memorias de la política es su último libro.

Añoranza (fingida) de la 'rentrée': Manuel Rodríguez Rivero comenta la publicación de una Bibliografía de la Guerra Civil Española, un cedé con más de cuarenta mil títulos censados por Maryse Bertrand de Muñoz; las biografías dedicadas a Juan Negrín de Gabriel Jackson, Miralles y Moradiellos . De Jackson se anuncia la reedición de sus clásicos en una biblioteca especial. En noviembre se editarán las obras completas de Manuel Azaña en seis tomos preparados por Santos Juliá, que tambien actualizará la biografía que dedicó al Presidente de la República, especialmente en lo referente al periodo de mayo de 1936 a febrero de 1939.

L'òmnibus de la mort: parada a Falset: Toni Orensanz reconstruye la ruta sangrienta de la "Brigada de la Muerte", un grupo anarquista de la CNT-FAI que causó la matanza de 27 vecinos de Falset (Tarragona).

La batalla de La Granja: Eduardo Juárez y Héctor Monterrubio estudian el episodio más cruento de la GCE en Segovia.

La reforma militar de Azaña, Segunda edición del análisis clásico de Michael Alpert.

Su silencio es nuestra voz: historia de la sublevación militar y la represión en Espera (Cádiz) ,el pueblo de la reforma agraria, por Fernando Sígler Silvera.

domingo, 14 de septiembre de 2008

Investigar en archivos en 1979

"Cuando comencé a investigar en el Archivo de Salamanca, en 1979 el director controlaba todos los documentos. Si querías fotocopiar algo, con su permiso, te acompañaba uno de los bedeles a una fotocopiadora de la ciudad, porque en el archivo no se podían hacer fotocopias. Así que se sacaban los documentos al exterior, lloviera o nevara, y se le daba una propina al acompañante, condición para seguir con ese procedimiento posteriormente".

Julián Casanova, en un reportaje de Luis Gómez y Natalia Junquera publicado hoy en El País.

¿Responsables o no?

Francisco Espinosa Maestre, coordinador del proyecto Todos los nombres y autor del Informe sobre la represión franquista enviado al juez Garzón, denuncia, vía Tiempo de Historia, la manipulación sufrida por un artículo suyo publicado en el periódico El País (10/9/2008) sobre la averiguación de las responsabilidades de la GCE.

Antes

"El objetivo de este llamado movimiento por la memoria no son los responsables de los crímenes cometidos ni montar otra Causa General ahora de signo contrario".

Después


"El objetivo de este llamado movimiento por la memoria no es descubrir ni mucho menos castigar a los responsables de los crímenes cometidos, ni tampoco montar otra Causa General, ahora de signo contrario".

Antecedentes y reacciones:
La búsqueda de las víctimas en este post.

martes, 9 de septiembre de 2008

Algunos sitios web sobre prensa

Agencia Febus: dedicado a la agencia de información creada en 1924 para proporcionar noticias a El Sol y La Voz, dos de los periódicos más importantes de la época. Durante la GCE la Agencia Febus fue el principal suministrador de noticias de prensa en la zona republicana. Tras la Guerra fue intervenida y puesta al servicio del estado franquista, transformada en la Agencia EFE y fusionada con las agencias Fabra y Faro. El sitio incluye fotografías y vídeos con testimonios de protagonistas directos.

Triunfo Digital: sitio dedicado a la revista de información general que, desde 1962 y hasta el final del franquismo y la Transición, fue altavoz de la intelectualidad de izquierdas. En ella colaboraron entre otros Eduardo Haro Tecglen, Luis Carandell, Manuel Vázquez Montalbán, etc. Es posible consultar todos los números publicados hasta 1982 y realizar búsquedas por contenido, cronológica, autor, etc.

Hermano Lobo : fue la revista de humor más popular durante el fin del franquismo, fundada en 1972 por Chumy Chúmez y en la que colaboraron Forges, El Perich, El Roto (Ops, por entonces), Summers, Umbral, Vázquez Montalbán o Manuel Vicent entre otros. Hasta el 6 de junio de 1976 publicó 213 números que han sido digitalizados y es posible consultar en línea.

sábado, 12 de julio de 2008

El revisionismo neofranquista (3): Moa al descubierto

En otro post, meses atrás, quedó Pío Moa con la palabra en la boca, después de que Enrique Moradiellos le arrojara el guante del debate, en mayo de 2003, en las páginas virtuales de El Catoblepas. ¿Sería Moa capaz de demostrar, con documentos, una de las ideas defendidas en sus obras sobre la GCE, a saber: que la ayuda militar extranjera durante la Guerra fue de cantidad y calidad similar para ambos bandos y que dicha intervención no afectó de manera sustancial al resultado final de la Guerra? Moradiellos le había rebatido esta idea con documentos de archivos de España y del extranjero que apuntaban justo en la dirección contraria y ahí nos quedamos, esperando su respuesta.

Responde Moa, un mes después, en la misma revista digital sosteniendo, en primer lugar, que el asunto de qué bando recibió más y mejor ayuda militar es secundario "en un debate serio en torno a la guerra civil" y que no debería distraer del verdadero asunto a discutir que sería cómo y cuanto influyó la ayuda extranjera a cada bando. Moa se responde enseguida: la ayuda germano-italiana no conllevó ninguna obediencia de Franco a Hitler; en cambio, la ayuda soviética sometió al Frente Popular (que más bien se entregó voluntariamente) a las directrices de Stalin. Los planes del dictador soviético habrían sido la instauración de un satélite bolchevique en España para socavar los regímenes democráticos de Europa occidental.

Por tanto la esperanza de una discusión historiográfica científica en base a fuentes documentales fiables se deshincha desde el primer momento. Dice Moa:
Sostengo que, en términos militares, la intervención se equilibró más o menos. (…) Pero no entraré ahora en ese debate, insisto en que secundario una vez clarificada la primera tesis [la influencia de Stalin]. Admitiré en principio que mi crítico [Moradiellos] pueda tener razón en algunos de los datos parciales que maneja, pero sigo inclinado a creer en un equilibrio básico, incluso con ligera supremacía de los suministros recibidos por las izquierdas.
"Una visión neostalinista de la Guerra Civil", El Catoblepas, 16 (junio 2003).
Moa escapa de una discusión que Moradiellos trataba de acotar metodológicamente: medir la cantidad y calidad de ayuda militar recibida por cada bando y, en base a ello, determinar su influencia sobre el resultado final de la Guerra. Moa, al no poseer fuentes que rebatiesen a Moradiellos liquida la discusión invocando opiniones personales sin más fundamento que su creencia personal, ese "pero sigo inclinado a creer" que viene a decir que su prejuicio es a prueba de toda evidencia en contra. Lo más curioso del asunto es que uno de los eslóganes publicitarios que más ha utilizado Moa para la venta de sus libros es que ha utilizado fuentes de archivos nunca descubiertas o despreciadas por los otros historiadores "marxistas". En este caso, nos privo de ellas.

Unos meses después, Moa lo resume de la siguiente manera:
Creo que Moradiellos puede tener razón en algunas de las críticas que me hace sobre fechas y volumen de la intervención exterior, si bien esos datos siguen sujetos a revisión. Pero, como creo haber demostrado, falla en lo fundamental, es decir, en el carácter cualitativamente distinto de la intervención soviética y de la germano-italiana. Stalin satelizó al Frente Popular, mientras que el apoyo de las potencias fascistas no privó a Franco de su independencia. Este es el punto clave de la intervención exterior (…).
"Errores en Los mitos de la Guerra Civil", Libertad Digital, 9 enero 2004
¿Parece que vaya admitiendo que sí que fuese posible que Franco recibiera más ayuda militar de Hitler y Mussolini con respecto a la que recibió la Republica de la URSS?. En todo caso Moa sigue afirmando que ello sería irrelevante en el desarrollo y desenlace de la Guerra.
Él [Moradiellos] planteó su crítica en torno a las cifras de las intervenciones soviética, alemana e italiana, negando mi aseveración de que fueron más o menos equivalentes, y pretendiendo que la mayor aportación germanoitaliana habría decidido la guerra. Como le indiqué, la cuestión de las cifras, aun si interesante, no es fundamental, y su fuente principal, el libro de Howson, resulta muy poco fiable.
"Los casos de Moradiellos y Viñas", Libertad Digital, 1 enero 2007
Hace tan sólo un par de meses volvió a la carga sobre este asunto (sobre el que debe de alimentar alguna mala conciencia) y firmó su opinión final al respecto:
La cantidad de material y de tropas nunca determina el resultado de una guerra o de una batalla. Han sido frecuentes las guerras ganadas en inferioridad material.
"Un debate pueril", Libertad Digital, 14 marzo 2008.
En resumen:
  1. Primero afirmó que la ayuda militar recibida por el Frente Popular fue de mayor cantidad y calidad que la que recibieron los franquistas. Ello ensalzaría la victoria de Franco, enfrentado a un enemigo superior, y hunde aún más a la República, dilapidadora de las riquezas de España, malgastadora de su ventaja militar.
  2. Más tarde, después de que Moradiellos le hubiese mostrado la prueba contraria que enseñan los archivos, Moa pasa a defenderse argumentando que la supremacía militar no es algo decisivo en el desenlace de una guerra (esta idea no merece mayor comentario que una simple revisión a los resultados de la intervención alemana en la GCE y el significado de la supremacia aerea en la guerra moderna).
En realidad en la idea de Moa se esconde una burda manipulación propagandística, una falacia sin más: quiere hacer creer a su lector que el bando que gana una guerra es el más virtuoso y por tanto es el poseedor de la Razón y el defensor de la Justicia. En el caso de la GCE, para Moa ambos ejércitos simbolizan dos ideas políticas del Estado: el Franquismo es interpretado como un intento honesto de reconstruir el desastre nacional provocado por la República y su revolución estalinista. Al denigrar Moa la capacidad militar del bando republicano y achacar su derrota no a su inferioridad bélica sino a su propia incompetencia, no hace sino simbolizar en su derrota, la justa derrota de la Izquierda como ideología frente a la superioridad natural de la Derecha.

Con respecto a la influencia de Stalin sobre el Frente Popular, Moradiellos replica de nuevo en El Catoblepas (a Moa y a otros habituales de esta revista a los que habrá oportunidad de citar en otro post) que la URSS nunca consiguió imponer sus dictados al gobierno de la República (aunque sí penetrara por completo al PCE y, por ello, a los mandos policiales y militares adscritos al partido) y que su influencia sólo creció significativamente a lo largo de 1938 cuanto más se alejaban las potencias democráticas de la República. Cita para ello a Viñas, Sarda, Martín Aceña o Varela Ortega así como los documentos citados por el historiador norteamericano Ronald Radosh en su obra España traicionada, Barcelona, 2002.

Sin embargo parece esfuerzo vano ya que en la siguiente respuesta Moa, abundando en descalificaciones (burlonamente llama a Moradiellos "el ilustre profesor" y lo acusa de "retórica barroca" y de "divagaciones, nimiedades, justificaciones innecesarias", etc) opone como criterio de autoridad para respaldar sus ideas que "para cualquier persona algo enterada de las circunstancias no puede admitir la menor duda el predominio soviético en España".

Moa, por tanto no está dispuesto a discutir en el terreno de la historiografía basada en fuentes documentales, en información y datos escritos contrastables y discutibles con criterio. Moa pretende llevar siempre la discusión únicamente a los terrenos ambiguos de la discusión política, donde cree poder demostrar la máxima que anima toda su producción bibliográfica: que la Izquierda es una ideología maligna y que la Historia de la 2ª República y la GCE lo demuestra.

Que la política de izquierdas sea una ideología maligna o no, no debería ofuscar el espíritu crítico de ningún historiador que investigue sobre ella. El deber de objetividad debe estar por encima de cualquier prejuicio personal. A no ser que nuestro objetivo no sea escribir historia, sino hacer propaganda.

Del último libro de Alberto Reig Tapia, Revisionismo y Política: Pío Moa revisitado (Madrid, 2008) extraigo esta cita que explica este afán de propaganda entre determinados lectores:
Determinada gente no busca la verdad (verdades) sino a aquel o a aquellos que mejor defiendan sus previas tomas de postura que, naturalmente, jamás "revisan".

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